viernes, 8 de octubre de 2010

Peculiaridad inconstante ;


Ciclotimia disfuncional y contraproducente que me hace mirar con malos ojos y pupilas ennegrecidas, el papel que juego en mi propia vida.

 
A ti, cicliotima, te confieso como el océano de preguntas desborda la linealidad de mi mente que enloquece hurgando espacio, pero se atiene a la moralidad vacía que la torna pieza en el juego de ajedrez.

 
A ti, ciclotimia, te revelo que en lo que respecta a las respuestas, la naturaleza de mi raza me hace olvidarlas, ignorando a su vez el tanto que fatiga formularlas... en número y en cadena, se esfuman en las fallas del razonamiento que se esforzó cuanto pudo por ser objetivo.

 
Las respuestas después de todo, se convierten en el gatillo de la desolación y el pretexto suicida.

 
Ciclotimia, siento que voy perdiendo la autonomía a cada paso de rebeldía, pero cuestiono sí aún se puede ser dueño de uno mismo, cuando el azar te encarcela y condimenta tu comida con algo que sabe a libertad, pero va envenenado de a poco la boca y el estómago.

 
Ciclotimia, por tu culpa ya no creo en mi alegría, como tampoco creo en la honestidad de mi tristeza, ni en la hostilidad de mi ira, y planifico revoluciones para justificar mi inercia con la vaga esperanza de revestir con nuevo tul, el cuerpo sin vida del idealista expuesto a la burla del que siempre lo margina.

 
Ciclotimia, me he dedicado a acogotar mi escepticismo mientras deseo escéptica volver a la etapa de ensueños, donde la risa infantil y despreocupada no parecía ser una ilusión y era posible surcar mares en un navío inmaterial.
Ciclotimia, he aquí mi más detallada descripción hecha por mi misma:

 
¡Soy carne, soy hueso, soy alma… y así mismo, continúo desconociendo la realidad surreal que integro!

 
¡Soy carne, soy hueso, soy alma, soy sólida… mientras la fortaleza de mi corazón se rompe develando un parásito desagradable, en el primer choque donde se contrapongan ideologías!

 
¡Soy carne, soy hueso, soy alma, soy ermitaña… mientras vago hipócrita a plena luz del día!

 
¡Soy carne, soy hueso, soy alma, soy misántropa… mientras interactúo entre extraños y repudio toda gota sangrienta de odio que mi lengua exhala!

 
¡Soy carne, soy hueso, soy alma, soy mochilera… mientras temo escalar montañas y persigo abismos fingiendo tenacidad para asustar a mi propia cobardía!

 
Ciclotimia disfuncional que me convierte en hija del humor del día, he concluido que has elegido a la víctima perfecta que no se atreverá a defraudarte y sabrá personificarte, a pesar del hincapié que hace en publicar su agonía.

 
Por lo tanto ciclotimia disfuncional ¿puedo usufructuar del néctar escapista para lo qué resta del día?
Me creo en el derecho de exigir al menos el premio de consolación, por tan fiel interpretación.

1 comentario:

  1. ... Si!!!
    Lo comencé a leér hace ya un tiempo; hoy finalmente lo disfruté por entero [envío un brazo, una mano, EL abrazo]... otra vez: Si!!!

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